miércoles, 15 de enero de 2014

La nada que hace todo

Me rompe la cabeza pensar en la exposición a la nada en nuestro diario vivir. Cuando hablo de la nada me refiero a la huesuda, a la pelona. Hace pocos días tuve un encuentro cercano con la nada en dos oportunidades. Todo empezó con una conversación pos traumática con mi hermana. Había mi mente volado por error a recuerdos oscuros y termine por correr como una niña a el cuarto de mi madre para poder pasar la noche. Allí me vi hablando con mi hermana de la nada. Ella confesó sentir un vacío al pensar en el universo, porque es demasiado infinito, demasiado inalcanzable. En ese momento pensé en el universo no solo como aquel todo que nos carga de energía, que controla nuestro estado de animo, nuestro destino. Pensé en ese cosmos infinito en vacío, en partes tan oscuras y eternas. Pensé en la falta de gravedad y oxigeno. Pensé en mis pulmones colapsando. Así mi estomago se sentía vacío, mi mente se puso oscura, olvide el miedo de sentir un muerto conmigo, me sentí pequeña, expuesta, pero vacía. Petrificada en la cama sostuve mi respiración por un momento. Luego no podía dejar de pensar en la falta de fe y en la desesperanza. Todo iba tan rápido, y el tiempo pasaba tan lento. Así pasó una eternidad hasta que pude quedarme dormida.

Luego tuve una pesadilla, como siempre, donde había un tornado que venía hacía nosotros. Con nosotros me refiero a en su mayoría gente desconocida. La verdad es que yo era la protagonista de la historia, gracias a la idea que tenía del tema, después de las cien mil veces que vi la película 'Tornado', así que los guié al sótano del edificio. Allí los amarré a unos tubos, pero para mí no quedaron sujetadores. Supe que todo había acabado. Sin embargo me sujete como si mi vida dependiera de ello, y bien... Dependía de ello. la brisa empezó a azotar, se sentían muchos ruidos que venían de arriba. Era algo aterrador. Luego desperté. Asustada. Sabía que las consecuencias de esa pesadilla eran en el plano real. Sin embargo, me temo que soñar con tornados no quiere decir un robo solamente. Sino un cambio existencial en la vida. Digamos, la  última vez que soñé con tornados me robaron de una manera bastante dramática y negra, razón por la cual entré en una crisis que hasta hace un año pude superar. Entonces, si yuxtapongo las dos situaciones, estas son comunes en las consecuencias, el cambio drástico. En ese entonces el robo me hizo entrar en crisis. Esta vez en cambio ha cambiado directamente algo en mi forma de manejar y pensar mi entorno. Digamos que he crecido un poco. Aunque ahora, en las noches, piense en el cadáver que tuve a menos de tres metros de mí. Pero ahora me siento completa. 

lunes, 6 de enero de 2014

No son palabras sueltas

A veces siento que camino por un sendero opuesto. Que las estrellas me guían a algún infierno, a un infierno donde quizá no estés. A veces siento que las nubes grises no existen, aunque pueda sentir los truenos golpeando contra mi pecho. A veces siento que la realidad es el espejismo que cosechamos en nuestro ser para soportar la existencia. O la no existencia. Por esto, suponiendo que existimos, que aun queda porqué existir, que aun quiero existir, ¿Querrías existir a mi lado?. No es un pregunta sencilla, lo sé. Que el futuro es un incierto, que solo permanecemos en un eterno presente, pero en el fondo de tu alma, de la mía, encontrarías la respuesta. Porque, aunque yo no sepa cuando tenga de vida ni si ya vivo las últimas horas de mi ligera existencia, mi alma - quizá - podría rondarte.  Por ello, no hay nada suelto ni banal en mis palabras. No es absurdo pensar que mi alma se ate a la tuya después de que mis ojos se cierren para siempre, porque tu luz aun en vida ilumina mis días, más que el sol que baña de rojo mis mejillas. Amor, por eso entenderás que para mí las horas se hagan tan largas cuando no estás, cuando no te siento, cuando no me hablas. Ya lo ves, por eso te extraño siempre aunque me digas que me amas, aunque me mandes miles de besos, aunque nuestras noches estén bañadas de miel, aunque estés a mi lado, aunque me beses cada parte de mí, aunque acaricies mi alma con susurros. Porque nunca es suficiente, siempre puedo tener y querer más de ti. Porque una como tú, porque alguien como tú, porque tú llenas mis escritos de magia.