lunes, 25 de mayo de 2015

La depresión como disidencia

LA DEPRESIÓN COMO DISIDENCIA Y TRANSGRESIÓN ARTÍSTICA



He tenido la oportunidad - o maldición - de vivir la depresión en doble vía. A lo largo de ese camino que muchos llaman vida he tenido la suerte de encontrar, como si no fuese al azar, personas diagnosticadas con trastorno depresivo mayor. Innumerables son los casos, pero hay unos que recuerdo con más lucidez que otros.

Y en aquellos casos que recuerdo con mayor lucidez encontré aquel nirvana que muchos buscan en la ausencia de tristeza. Pues en aquellos seres, esos que el filósofo alemán Martin Heidegger llama Dasein (ser-ahí), seres que han sido arrojados al mundo con la consciencia de que en medio del mar de posibilidades que hay de ser, en todas ellas está la inminente posibilidad de morir. 

¡Son únicos!

Porque en la posmodernidad todos niegan la muerte. Salvo unos seres melancólicos golpeados por alguna gran catástrofe o una profunda tristeza sin razón. Y esto se debe a que, aquel ser que ha sido arrojado al mundo tiene el pensamiento de muerte inminente porque se siente arrojado a las posibilidades, es decir en el futuro. Y el futuro causa ansiedad, angustia. Y es la angustia, lo que te hace humano.  Como escribió el filósofo Kierkegaard, "El hombre es ese ser que se angustia y es más profundamente hombre cuando más profundamente se angustia."

Mientras que en contraste, un ejemplo del rechazo a la muerte, es que en el pasado los cementerios estaban en el centro de las ciudades, ahora están a las afueras. Porque ya la muerte no es paz, es enfermedad.  La idea de la muerte se posterga. “Vas a morir, pero aún no”. Los otros mueren. El otro envejece. Hay enfermedades “penosas”. Rechazo al anciano, al enfermo, olvido del muerto, olvido del ser-ahí.

La depresión y el arte

Se puede ver, en los ojos cansinos de  quien lleva tal carga en sus hombros, el reflejo del mundo, el caos y dolor que este suscita. En aquel sensible de apariencia impenetrable están como en el enamorado, las metáforas que embellecen al universo.

Cuando era niña, vi muchas veces la tristeza de cerca. Esa tristeza enfermiza que aniquila al otro. Rafaela Albis a sus 50 años, con sus ojos verdes, cansados y húmedos, clavaron en mí aquella espina que es ahora una herida fundamental.

De manera análoga, Jaime su hijo, el poeta frustrado, tenía la misma mirada. Su adolescencia se había marchado como aquellos viejos amores, como aquellos poemas echados al olvido en una esquina del cuarto de ‘San Alejo’.

Pero aún en mí, cargo dos puertas que jamás podré olvidar. Angélica huía de una rutina que le era ajena. Sus ojos apagados por los daños y las soledades de quien vive acompañado, presionaron en aquella tristeza inherente a quien lleva una tara en la sangre. Angélica también es poeta.

Tal y como lo expuso Andrew Solomon, “Conocemos la depresión por medio de las metáforas. Emily Dickinson, fue capaz de expresarla en palabras. Goya, en una imagen. El principal objetivo del arte es describir esos estados emblemáticos.”

Como hizo también Edward Hopper, considerado el pintor de la depresión.

Edward Hopper - Morning Sun

Maggie Robbins, poeta y psicoterapeuta describió un episodio depresivo cómo “Estaba cantando Where have all the flowers gone, una y otra vez para tener mi mente ocupada. Cantaba para tapar las cosas que me decía mi cabeza: No eres nada. No eres nadie. Ni siquiera te mereces estar viva. Fue en esa época cuando empecé a pensar seriamente en suicidarme.” Pero en su libro de poesía escribe “Suzy stans before the mirror: sultry, soulful, calm, complete.”

En cambio, la poeta argentina, Alejandra Pizarnik debido a su profunda depresión y baja autoestima, se suicidó a los 36 años, dejando en su poesía el reflejo de su inestabilidad psíquica. “Yo no sé del sol. 
Yo sé la melodía del ángel 
y el sermón caliente 
del último viento. 
Sé gritar hasta el alba 
cuando la muerte se posa desnuda 
en mi sombra. 

Yo lloro debajo de mi nombre. “

Y esto se debe en parte a, como la filosofa y psicóloga Leonor Villaveces comentó, “si es una ‘anormalidad’ puede ser una ‘anormalidad’ que se reivindique tanto y que sea tan maravillosa,  tan creativa y tan llena de posibilidades como lo es cualquier ‘anormalidad’. Porque Son precisamente esas ‘anormalidades’, esas pequeñas excepciones a la regla, estos lugares donde ya no estamos tan seguros, lo que están más allá del límite son los que nos permiten pensarnos la vida de manera distinta”

La depresión como transgresión del orden establecido.

Mientras que el modelo capitalista necesita de sujetos funcionales que produzcan cada vez más y que consuman todo lo que el mercado tiene por ofrecer, existen quienes se resisten.

La socióloga de la universidad Nacional, especialista en Género, Claudia Álvarez, menciona que, “El capitalismo es un sistema económico que se apropia de los cuerpos, a través del trabajo para producir capital. Capital que requiere además unas disposiciones corpo-psico-emocionales por parte de los sujetos. Con el fin de que se involucren en el sistema productivo, con sus aspiraciones: académicas, laborales, productivas, "de superación", de "ser alguien", de "emprendimiento".”

Siguiendo ese orden de ideas, si “la depresión y la ansiedad paralizan” (Andrew Solomon), entonces existen, quienes en su no poder hacer nada, transgreden lo que el sistema les exige. El no poder sentir ni hacer, el no querer ni desear un algo o a algún otro, el enfriar cada articulación y dormir eternidades o morir en la vigilia; es resistencia. El no hacer nada es reaccionario.


Porque sujetos que no hacen nada, no le son útiles al sistema. Porque al no ser vital no se sigue, como expuso Claudia Álvarez, “La idea brillante del capitalismo que es hacer coincidir nuestros sueños con sus expectativas de venta”. Pero como escribió Foucault, “Dónde hay poder, hay resistencia” y aquel otro, que también hace parte de mí, es el gemido adolorido de la libertad. 

domingo, 17 de mayo de 2015

En aquel abismo


Puede que entre sus piernas este esa idea sustancial de saberme finito. Puede que quizá en aquella certeza de fluctuar compenetrados y sin prisa olvide hasta aquella sombra que me persigue. 

Ese día no fue mi intención perder la razón. Mientras me dividía en dos, la vi desnuda. A milímetros y sin dejar de mirarla a los ojos, pasé mi lengua por sus labios. Solo recuerdo su mano precipitarse a mi rostro. Gotas carmesí cayeron al piso. Saboree mi sangre y sus ojos extasiados se dilataron un poco más. Los observe como quien se sabe perdido. La infinitud de esa oscuridad invadió aquel anhelo de ser abismo. 

jueves, 14 de mayo de 2015

senti-pensante

Nombre: Camino al infierno
Pintura por: Márgara Rueda


Entre laberintos, mientras asumo una postura escéptica se vislumbra el temor, la ansiedad, el olor a felicidad. 
Y pensarte, y desearte, y perder el equilibrio... y todo y nada al tiempo, pero contigo. Entre tus muslos, entre los montes, entre el deseo de perderme entre tus blancas y calientes curvas. En la mitad de la noche, donde mueren los gemidos de muchos amantes, donde vive Eros, nace la imagen de tu cuerpo desnudo, y empiezo a sentir como mi corazón se acelera a des-ritmo. Nace el deseo de beberte, fumarte, chupar de tus corrientes el elixir de la vida eterna. Entonces el extasis en mi órgano sentí-pensante, me hace delirar. Tu olor entra por mi nariz, muta en mis pulmones y me eleva. Mis focos eróticos se colocan y yo me vuelvo a perder en tus labios mojados.

Eres fuente de calor y yo éxtasis. Pero no estás, y yo tampoco. 

miércoles, 13 de mayo de 2015

¿Qué es el amor?

Previamente escribí una entrada sobre que era para mí el amor. Y debo decir que fue algo prematuro. Como lo es ahora. Como lo será mañana. Sin embargo, intentando depurar aquello que podría desviar mi sesgada mirada por  mi poca o basta experiencia en el tema, me alejaré, por los menos de cierta forma, de aquellas apreciaciones demasiado personales.

Para empezar, si somos lo que escuchamos, olemos, vemos, respiramos, comemos, callamos, sentimos, pensamos, amamos, si somos también parte de ese otro que se nos cruza, entonces somos una colcha de retazos que crece en ausencias y en síntomas de una enfermedad incurable. Entonces, 329 encuentros y desencuentros de ti mismo en una otredad, terminan por tejer eso que eres, pero también aquello que jamás podrás ser. Porque el amor y sus diferentes manifestaciones estremecen, como la brisa de diciembre a los árboles en la puerta de oro.

Aún después de 329 encuentros más los des súbitos -impredecibles e imparables- seguir de pie, como aquel árbol ya sin hojas. Seguir de pie, sin pisar cuesta abajo 329 escalones, es un acto de amor
Y todo esto para decir... que el amor es una energía que te mueve aunque no sea compartida.

martes, 12 de mayo de 2015

Huelguista

Si quiero que toques allí donde puedas hacerme sentir que vivo de nuevo, ¿lo harías? Si me acercara a tu boca  respirando pesado y profundo como quien se ahoga en un mar de dudas que te son ajenas, ¿me besarías? Si susurro despacio que de solo pensar tu imagen difusa se llena de palpitaciones aquellas partes que existen solo en lo simbólico, ¿dejarías que aquello que no soy posea tu cuerpo? Si te dijera que en mis noches de soledad, tus suaves y suspensivos gemidos marcan el ritmo de mi cuerpo, ¿harías materia aquel anhelo? Si te dijera que no conozco de razones ni de nuevos comienzos, ¿Te zambullirías en mi cuerpo como quien se sabe extranjero y colono? Si te digo que estoy roto ¿coseríamos heridas y las volveríamos alas? Si te digo hazme libre, ¿abrirías la jaula o te encerrarías conmigo en ella? 

sábado, 9 de mayo de 2015

De espaldas


A mis espaldas esa identidad que corresponde a lo que el inconsciente aclama. Soy ese de espalda ancha y cabello corto que camina con dos identidades. Que es uno y a veces otra. Que se pierde en las dudas y desacuerdos. Ese que entre contradicciones reivindica algo que le ha sido negado. Soy ese sol que a mis espaldas oscurece el camino y la sombra que a veces no me sigue.

A veces soy, otras no tanto.

A veces soy ese que quiere navegar en tus profundidades. Ese otro que se abre paso entre tus piernas y clava como una estaca en tu pecho, las pocas certezas que tiene.  A veces soy ese que mira desde arriba, observa e intenta apreciar la imagen de mi cuerpo en el tuyo. A veces soy solo ese cobarde que huye entre tu oído y susurra palabras sueltas; sin sentido.  A veces, por el contrario sonrío sabiéndome libre de aquel encanto. Y otras tantas me derramé por la mejilla y caí en tu pecho, navegué por tus labios y perdí el aliento. A veces soy aquel enmascarado que juega con las olas que van y se vienen. A veces soy solo a veces y quisieras.

jueves, 7 de mayo de 2015

Día 3

Nombre: Melancolía
Por: Márgara Rueda

Ni toda la luz podría haber iluminado el día. Ni el sol ni las más brillantes estrellas. Menos si caminaba sabiéndome limitada por tener que llegar a un lado que huele a recuerdo.

miércoles, 6 de mayo de 2015

Mientras te pases por mi cuarto.


Nombre: Mutilada a dónde vas
Por: Márgara Rueda

Bestia indomita, desnuda y sin cabeza te posas por mi cuarto. Me invitas a absorberte la piel y débil caigo en tus pesares. Así, suave, me voy resbalando por ti sin poder detenerme. Deslizándome por tus muslos sin tener de donde agarrarme. Aún con mis uñas clavándose en tu carne no me sostengo. Entre gemidos me aferro a tu desnudez, pero mis labios se secan en el vaivén de tu vientre. Te respiro y de mí nacen las auroras, las estrellas y ese liquido precioso que es llanto y vida. 

martes, 5 de mayo de 2015

¿Puedo?

Pintura: Entre la paz y la perdida. Por: Márgara Rueda
     A propósito de "Puedo", pinto y escribo lo que es mi apreciación del día. Entre nubarrones grises, respondo: ya no puedo. Ya no puedo acercarme a tu cuerpo y respirarlo sabiéndote mortal. Ya no sé si rozar la piel es intoxicar el ayer y fragmentar el hoy en un mundo sin atardeceres.
     Así que ya no puedo tocar "tu lóbulo con mis labios, ni tu nuca con mi lengua", pero quizá en la ausencia y en "la insoportable levedad del ser" te encuentre por andar "Jugando con las metáforas".
     Quizá reconozca en ti aquella idea de libertad que persigo o quizá solo ese cuerpo fragmentado o la mutilada imagen de un pasado continuo e inconsciente. O quizá solo seas la palabra ausente que colecciona sueños y pesadillas.
     Mientras tanto el tiempo pasa, las palabras liberan y se estacionan sueños mojados.




1. Burdel poético. (2013). Leído al oído . Bogotá, Colombia.
2. Milan Kundera. (2008). La insoportable levedad del ser. Barcelona, España. Tusquets editores.

a propósito del bucle en el tiempo.


"Quien busque al infinito, que cierre los ojos."Milan Kundera


En la oscuridad. En aquel todo profundo y agónico, me vi reflejado, caminando sin mirar por un presente conocido que es recurrente como las manecillas del reloj. Con mis dedos fríos y con mis sueños libres recorrí heridas y certezas en las comisuras de su cuerpo. Me balanceé en un pequeño columpio y pude ver la belleza del mundo gris. En aquel momento no sentí miedo por no tener qué decir. No tuve ni tenía que decir nada. Sus labios presionaron aquellos puntos de inflexión con los que todavía convivo. Y me vi caer en esa embriaguez dionisíaca que mantiene a los artistas vivos y ausentes. ¿Por qué siempre me veo? ¡Por qué! Porque cada acto se repite en mi cabeza una y otra vez con distinto orden de detalles. Sin embargo, cuando la veo, la veo inerte en el tiempo. Como si aquel demonio nunca la hubiese cambiado. Como si nunca la hubiésemos conocido. Como si su imagen nos hubiese sido ausente y lejana. Como un bucle en el tiempo. 
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