martes, 5 de mayo de 2015

a propósito del bucle en el tiempo.


"Quien busque al infinito, que cierre los ojos."Milan Kundera


En la oscuridad. En aquel todo profundo y agónico, me vi reflejado, caminando sin mirar por un presente conocido que es recurrente como las manecillas del reloj. Con mis dedos fríos y con mis sueños libres recorrí heridas y certezas en las comisuras de su cuerpo. Me balanceé en un pequeño columpio y pude ver la belleza del mundo gris. En aquel momento no sentí miedo por no tener qué decir. No tuve ni tenía que decir nada. Sus labios presionaron aquellos puntos de inflexión con los que todavía convivo. Y me vi caer en esa embriaguez dionisíaca que mantiene a los artistas vivos y ausentes. ¿Por qué siempre me veo? ¡Por qué! Porque cada acto se repite en mi cabeza una y otra vez con distinto orden de detalles. Sin embargo, cuando la veo, la veo inerte en el tiempo. Como si aquel demonio nunca la hubiese cambiado. Como si nunca la hubiésemos conocido. Como si su imagen nos hubiese sido ausente y lejana. Como un bucle en el tiempo. 
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