Hay muchas cosas con la que tenemos que comprometernos para hacer de Colombia un país en paz. Muchas que hacen parte de nuestro cotidiano y que no tienen nada que ver con el gobierno ni con las Farc. Así que, yo he decidido empezar por aquí: haciendo el amor con quien más tengo momentos de guerra. Sí, he decidido besar a la mujer con la que más conflictos he tenido en mi vida entera, porque en sus brazos encuentro la paz en mi guerra interna; porque sus manos calman las aguas turbias de mi mente aún sin tocarme; porque su amor nunca es tibio; porque sí; porque ME ENCANTA. Debo decir que ya he olvidado cuantas veces alguno de los dos ha dicho "no más, hasta aquí llegamos". He olvidado cuantas veces nos hemos dejado llevar por la pasión acalorada de una conversación de cualquier tema. CUALQUIER TEMA con ella puede terminar siendo acalorado... la tensión sexual termina mutando a palabras y así no se puede.
Decido hacerle el amor a quien a diario me regala una parte de sí y a quien a diario le entrego hasta lo que aún no soy. Así, entre lo que soy y lo que no, me veo perdido en su cuerpo y en la amplitud de su mente. Decido hacerle el amor y no la guerra, porque sus besos me desarman. Decido construir paz a su lado, porque somos tal para cual y aunque ella sea metódica y yo solo busque la forma menos dura de lanzarme al abismo... tan solo a su lado soy yo mismo.
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