viernes, 19 de octubre de 2012

Carta al amor

Te amo como se ama a dios, es decir como se ama a quien ha muerto. Es que mi amor por ti es tan grande que no reconoce ni a las barreras del tiempo. Por eso te amo infinitamente, aunque la muerte nos separe. Pero ya sabes amor, que la muerte llega cada noche, y como yo te amo como se ama ha quien a muerto, te amo cada noche y hasta en mis sueños.

Te odio amor mío, por hacerme débil, por hacerme ver cuan miserable soy sin ti. Te odio a pesar de mi amor mío, a pesar del amor que te tengo... Te odio a pesar de saberte indiferente ante mi odio. Te odio amor mío como se odia al enfermo, pues me miro en un espejo y me sé enferma. Te odio amor mío porque tu amor me enferma, me da nauseas, me empalaga. Te odio amor mío por hacerme adicta, a tus besos, a la nausea y al maldito amor que me hace enferma de ti. 

Te extraño amor mío, porque aunque estés a mi lado, puedo aun sentirte en la lejanía del universo. Te extraño amor mío como a los que ya no viven, porque ya no vives. Te odio amor mío porque haz muerto, porque hemos muerto, porque estamos ausentes, de este mundo, de los otros. Te amo amor mío porque eres mi objeto de placer, mi sujeto de adoración y la razón que quema mi piel.

Te quiero amor mío, como se quieren a las flores que se marchitan, te quiero aunque te sepa humana.  Te quiero aunque te marchites con el tiempo, aunque me marchites con tus besos. Te quiero, a pesar de odiarte, a pesar de amarte hasta la nulidad de mi existencia. 

Te quiero, te amo y te odio amor mío, a veces te odio más de lo que te amo, pero ya sabes amor mío que si el amor no es eterno, si lo es el odio, y como yo quiero ser eterna bajo tu presencia, encima de ti, y abajo de ti, entonces ámame, ódiame, pero no dejes de sentir, lo que sea, por mí. 

Porque amor mío a tu lado "lo que sucederá es que habrá algunas intensidades de placer y algunas profundas zambullidas en la melancolía" (Virginia Woolf, diarios).

No hay comentarios:

Publicar un comentario