domingo, 21 de diciembre de 2014

Visión ancestral

Pétrea en la inmensidad de cuatro paredes. Leo que de ahora en adelante las noches serán más oscuras, aún después del solsticio... Y pensar, una y otra vez, en las significaciones de esa oración, en un alma como la mía. Mi yo, que se ha caracterizado por solo calentarse cuando se deja dominar por esas malignas y divertidas zambullidas del ello en el libertinaje, cedió a caer levemente en esas zambullidas solo en forma de retratos y pinturas fugaces que deja ir cuando las siente mejor, que quien no ha sabido pintarlas a su altura.  SOLO EN ESE INSTANTE. Ese yo, que eligió al súper yo y a los, a veces cuadriculados, momentos en que une su todo a una calavera de profundas alegorías, hoy repite en su cabeza las noches seguirán siendo oscuras después del solsticio y Saturno está directo en Capricornio, mientras que la luna continua en sagitario, Urano empieza su transito directo, pero el único planeta retrogrado es Júpiter. 

viernes, 19 de diciembre de 2014

Mutilaciones

"Mutilaciones por Márgara"
Acaricio aquella herida, la de los besos que calan, la que alimento para pintar con ese aire de certeza gris. Esa certeza que es esa posibilidad de volver atrás una y otra vez, repasando cada esbozo de recuerdo, mientras el corazón late fuerte y se desvanece la luz que ensordece las dudas. Dudas que mutilan la construcción del yo cada vez más ausente. Ausencia que construye cimientos fuertes. Paredes que golpean contra mi cuerpo como las olas del mar, como la fragancia que dejas en mí cuando vuelas lejos de mi cielo.

martes, 4 de noviembre de 2014

A proposito del olvido que seremos

Mientras leía el libro ‘El olvido que seremos’ de Héctor Abad Faciolince, sentí muchas veces una especie de angustia. Porque reconozco en sus frases el miedo a las consecuencias que puede tener luchar a favor de los derechos humanos, pero mucho más el saber que alguien que amas con todas tus fuerzas pueda correr peligro por esto. 

Lo sé, lo vivo, lo padezco, con ella, la culpable de mis noches en vela. A su corta edad, alza la voz tan alto en contra de las injusticias que muchos podrían sentirse incómodos y como es costumbre en este país, podrían callarla de una manera tan sencilla que solo quienes conocemos su causa podríamos sentir las náuseas propias de quienes entienden la realidad social de esta tierra de águilas y cuervos dentro y fuera del zoológico llamada gobierno en un país de realidades que superan la ficción. 

Una de nuestras tantas discusiones fue por ella querer apersonarse con la ayuda de sus contactos en Colombia diversa y la activista Marta Cuellar, de un caso de amenaza de las águilas negras en contra de una pareja de lesbianas, una de ellas menor de edad. Caso que en su momento de apogeo me hizo sentir más asco del que siempre he sentido hacía la fuerza pública, la policía nacional, que se supone existe para defendernos, pero que por el contrario solo violan nuestros derechos una y otra vez con el uso desmedido de su fuerza. 

Aquellas niñas que al denunciarle a un grupo de policías un caso de abuso sexual y homofobia que habían recibido por parte de un pescador, solo recibieron frases soeces en contra solo por su orientación sexual. Ellas al caer la tarde, unas horas después de ese suceso, deciden antes de tomar el bus, tumbar una de las motos de esos policías. Estos, las golpearon sin importar que las dos fuesen unas niñas indefensas que no podían defenderse. Ellas, muy valientes, denunciaron el hecho ante medicina legal y la fiscalía. Por cosas de la vida, mi pareja, recibió la llamada de una de ellas, quien pedía ayuda. 

Razón por la cual, dos días después fuimos a conocerlas. Yo sentí dentro de mí, no mariposas, sino hormigas, sed de justicia, y la indignación propia de quien se ha puesto los zapatos ajenos y los hace muy propios. Quizá no solo fue el hecho de ver a esas con moretones diversos como la bandera gay, quizá tampoco fue el sentirme identificada con ellas, o el hecho de haber sido víctima del abuso de poder de la fuerza pública.

Quizá solo fue que horas antes mi pareja y yo habíamos sido víctimas de discriminación en un grupo que trabaja por la reivindicación de los derechos de la comunidad LGTBI. Pero con una ambigüedad discursiva y crítica del tema, que indicaba las representaciones e imaginarios sociales a los que habían sido expuestos por muchos años. Horas antes habíamos sido víctimas de la heteronormatividad y peor aún la homonormatividad dentro de la misma comunidad LGTBI. 

imagen tomada de: http://goo.gl/6D09w2
Sin embargo, al yo saber que ella al liderar el caso, con sus contactos podía ser silenciada por las águilas negras, sentí el miedo que Héctor Abad pudo sentir con su padre liderando la lucha en pro de los derechos humanos. Aunque la dimensión de las situaciones es distinta, estoy segura, mi miedo no lo era tanto. Por eso, solo podía repetir que Colombia ya no necesitaba más mártires, y que de una manera más silenciosa trabajará por los derechos que todos como ciudadanos de Colombia, merecemos. 

Y aunque, no puedo dejar de pensar lo egoísta que fui, al retener ese espíritu libre que desea con todas sus fuerzas cambiar el mundo, empezando por su entorno más cercano. Es difícil, y quizá irónica mi decisión de oponerme a sus intenciones en aquel momento, pero es cierto, Colombia ya ha tenido muchos mártires. Ahora necesitamos gente que no se haga matar por el cambio, sino que viva para el cambio y progreso de este país. 

Aún creo que podemos poner nuestro grano de arena, y sé que lo hacemos día a día en la Universidad donde a diario intentamos hacer por lo menos de quienes nos conocen unas personas capaces de aceptarnos por lo que somos y no por qué nos llevamos a la boca. 

A veces ella deja salir de si risas, y me dice que solo hablo de la teoría del reconocimiento. Muchas veces me ofendo, pero es cierto. Todo en este mundo tiene desembocadura en ella. La mayoría de los crímenes y grandes genocidios del mundo han sido por nuestra incapacidad de reconocer en otro a una persona con un valor inherente, capaces al igual que nosotros de sentir y pensar. Si cada uno de los sicarios que ha matado por unos cuantos pesos, hubiese pensado en el otro, que también tenía familia, recuerdos, sentía, quizá, solo quizá, nuestra realidad sería distinta. 

Pensar a Colombia y su realidad desde mi postura anteriormente cómoda, no hubiese significado mucho. No obstante, el tejido social cada vez más fragmentado termina por tocarnos a todos los que hacemos parte de esta compleja estructura social. 

martes, 21 de octubre de 2014

De oruga a mariposa.

El primer recuerdo que tengo va de la mano del más significativo. No hay duda. Cuando tenía como cuatro años, me compraron lo que fue mi primera camisa de cuello. Era blanca y lisa. Me quedaba un poco grande, pero no tanto como hubiese querido. Solo sé que tengo en mi cabeza la noción de haber querido tener el cabello corto. Lo amarré de cierta forma que no se notaba que lo tenía del largo de una serpiente promedio. 

Todas morían por tener un cabello como el mío, pero yo alucinaba con llevarlo como “un niño”. Y es que a veces odiaba tanto mi cabello que deseaba tenerlo como un bombril para poder hacer de él lo que en ese momento se me antojaba. Todas acariciaban aquella cosa de ensueño, y yo solo deseaba con todas mis fuerzas una especie de honguito que ahora, por fin, llevo. 

Quizá de las cosas más difíciles que he tenido que soportar tienen que ver con todo eso que todos quieren que sea y no soy. No soy ni jamás seré la cuadriculada chica que mi papá deseaba hacer de mí. Soy un ser que un día, se sabe diferente y se atreve a serlo. 

Así que en la mañana gris de un miércoles cualquiera, decidí cortar mi frondosa cabellera que, al igual que cuando era niña, llegaba a las raíces de ese árbol casi muerto que llevo en mí desde hace casi un año. 

Debo confesar que fue una experiencia casi erótica. A tal punto que, aquellas manos ásperas que sostenían la tijera como con dolor, me hicieron sentir una corriente eléctrica que recorría todo mi cuerpo, mis vellos se erizaron. Me sentía poderosa y a la vez tan frágil. Mis ojos expedían fuego, y mis manos apretaban los muslos, a falta de alguien que me ayudara a afrontar que jamás volvería a ser quien había sido, pero que jamás quise ser. 


Así, en el espejo vi fue ese árbol que llevo tatuado en mi espalda. Yo era ese árbol y la peluquera, aquella pobre mujer que sufría con cada hebra que caía al piso, era el tiempo. El tiempo que corría veloz, y hacía que de ese árbol seco nacieran las hojas de la primavera. Así fue, en ese día, casi banal, casi único, nació el ser que se sabe diferente y le encanta serlo. Nació lo que soy y no sabía que era.

domingo, 12 de octubre de 2014

Bestia indómita

Carne más política - Márgará Rube 
Quiero que seas en mí una bestia indómita. Que rasgues tus vestiduras como quien se siente preso en su propia piel. 

Que bendita seas mientras abres las compuertas terrenales de mi carne. Bendita, mil veces bendita cuando mojas mis certezas de mejores tiempos. Bendita, mi amor, cuando corren por ti caudales de esa savia que alimenta y purifica. Bendita, pero nunca santa. Te prefiero diabla, gata, perra. Te prefiero víbora y fugaz. 

Te imagino en el oráculo, diosa, decidiendo mi destino; el nuestro. Te imagino, voy y me vengo. Te imagino victimaria y siento que me hago agua, me hago noches. Noches húmedas y tórridas. 

Levita, mi amor, levita entre caricias que descosen y remiendan. Domíname, mi amor. Domina en mí los demonios que aún no se hacen vasallos de tu encanto. Domina y resiste, dulzura. 


martes, 26 de agosto de 2014

Carolina es una artista y aún no lo sabe

Carolina es una artista y aún no lo sabe. Dibuja desde muy pequeña, al igual que su hermana. Pero no por oficio.  Dibuja lo que le gusta, sin disciplina, pero con el encanto de quien fluye por su obra. Ella es su obra, su obra inmersa en ella es como un chapuzón  en el inconsciente. Y ella, aun no lo sabe.

Al llegar a su casa quise conocer su cuarto, pero su respuesta fue “allí no hay mucho. Hay un televisorcito que no prendo, unos libros que no leo, unas gavetas que no abro, una puerta azul y una ventana que me provee de brisa barranquillera”. Para ella, su lugar es el estudio. Un cuarto lleno de libros de dibujo, que no son de ella, con una mesa para dibujo, que tampoco es de ella. “Lo mío es el caballete” dice entre risas, juega con los lápices y sus dedos parecen danzar por ellos, como quien reconoce en esa herramienta un amigo.  Dedos delgados y largos, como los de una pianista.


Sus dibujos expresan y sugieren sentido. Dibuja lo que le gusta, sin disciplina, pero con el encanto de quien fluye por su obra, se inmersa en ella, como un chapuzón  en el inconsciente. Sin embargo, como todo artista que siente y vive su obra, para ella el dibujo no es rutinario, pero es tan cotidiano que le resta un poco de importancia. Desconoce que su talento puede ser explotado, no sabe ni le interesa, del todo, los concursos de dibujo y las oportunidades que puede encontrar en él y por él.

Carolina tiene una hermana mayor, que también dibuja, su nombre es Nataly.  Tiene 21 años y es la dueña de todos los libros, de la mesa de dibujo y de casi todas las cosas de ese lugar especial en el que Carolina se siente libre. Nataly estudia diseño gráfico y ha decidido hacer de su arte un oficio del cual vivir en un futuro. Mientras Carolina, vive de él y por él en un sentido distinto. Las dos dibujan como su padre.

Padre arquitecto que no vive con ellas. Figura familiar que apenas si se menciona, pero que toca con fuerza la fibra de Carolina, sin ella saberlo. Ella no ve a su padre frecuentemente, y considera que él no influye en ella ni en su rutina diaria. Pero dibuja, por él, desde muy pequeña. Por otro lado está su madre, Mery Bula, amorosa y cercana. Las dos tienen una relación estrecha, que a veces se ve fracturada por la falta de interés de Carolina en las cosas del hogar y en el cuidado de su abuela que tiene alzhéimer. Abuela que ya no habla, pero que de vez en cuando Carolina cuida.

Carolina es su arte. Su arte es la concepción de eso que es y no es. De ese yo superfluo volátil a su entorno, y de ese súper yo que la posee, la mueve, las transforma. De lo que quisiera ser,  y es, en distintas proporciones. De ese ello que goza de libertad, como Ella, como sus dibujos. 

Porque ella es libre. Como el lápiz que sujeta en su mano como quien se sabe o se cree indefenso. Es libre como los trazos suaves que danzan sobre ese cuaderno que siempre la acompaña. Libre como su menudo cuerpo, que parece flotar cuando camina. Libre como la brisa barranquillera que deja entrar por su cuarto y la acaricia todas las mañanas al despertar. Libre como la risa burlona que deja fluir por la comisura de su boca cuando alguien le dice que es talentosa.  Libre como el espíritu aventurero que no cree en la industrialización de arte. Libre de malicia como el abrazo protector de su madre cada mañana. Libre como su cabello, que fluye desordenado al ritmo del aire. Libre como los que conocemos en ella y por ella el arte de dibujar en libertad.




sábado, 21 de junio de 2014

Mientras la libertad fluya por mis pulmones
mientras las caricias de sus manos alcancen mi rostro
mientras no me falten mis dos hermanas
la de sangre y la de sabia.

Aun cuando la lógica justifique mis sueños
aun en la sobredosis de magia
aun en la cicatriz y justificaciones encarnadas
aun en la frialdad de mi cama sin su cuerpo

Siempre brilla esa luz
que muerde
que cela
que siente
que vibra
que duele


jueves, 12 de junio de 2014

062001412

De sus lagrimas brotaban lagrimas que no encontraban consuelo. Las pequeñas gotas de lluvia que caían en sus mejillas se hacían una con el agua salada que brotaba de su alma. Yo no podía hacer más nada que mirar impotente esa hermosa y triste escena que punzaba mi alma, me hacía humana. Nunca antes saboree la certeza de saberme capaz de sentir de tal manera, de tan siquiera sentir. Mi mirada seguía cada detalle de su angelical rostro. No llores, no llores, pensé. Pero, qué puedo decir, que puedo esbozar con una sonrisa en unos ojos que palidecen. 

martes, 3 de junio de 2014

El eterno retorno

En mi piel
las certezas de tus labios
quemando por dentro
como la fusión de nuestras manos
como el sentirme segura
solo si tu estas a mi lado
como cantar a las estrellas
porque me siento enamorado
Como escribir con dos voces
una femenina
la otra no tanto

Como soñar con tus caderas
como morir por ti
luna nueva
mi corazón aflicto
reclama tu mirada
para gozar de energia infinita
para alcanzar a Apolo
para alcanzarte a ti amada mía.


viernes, 16 de mayo de 2014

Le canto a la luna con mi desafinada voz versos que aún no conocían El Cielo. Y ahora, mis palabras danzan con cierta dulzura el universo de su mente, 

martes, 13 de mayo de 2014

5 y 37

Llenar estas cuatro paredes de recuerdos
Congelarlos en ese instante único
Donde la luz y la oscuridad son una
Como siempre
Como siempre debió haber sido
Para abrir puertas
Para  Pintar calles de poesía tridimensional 
Y luego absolverlas en una mirada
Hacerlas tuyas
Eternas
En ese universo
En esa historia 
De nunca acabar 
De mil vidas
Y mil fronteras
De cientos de amores
De muchas penas


domingo, 4 de mayo de 2014

Mi arrullo

Para mí
 poesía es tu sonrisa a media luna
el abrazo que rompe como ola
a pesar de la distancia
el sol que acaricia mis parpados con la delicadeza de un pétalo
tu respiración  cuando me acerco demasiado
mi respiración cuando tienes en avasalladora perspectiva mis labios 
que son más tuyos que míos
que son libres como pájaros
enjaulados
emancipados del caos
vivos
como tú y yo 
cuando respiramos el mismo aire

viernes, 2 de mayo de 2014

¿Las dudas?

Mi nombre es Nicolás y esto es, lo que quieran que sea. Soy ese personaje, producto de una familia disfuncional, promedio. Que con aires de artista me abrí paso a lo que se llama un laberinto sin salida. Laberinto, porque aun no entiendo cómo funciona, sin salida pues a pesar de “llevar a algún lado”, quizá nunca he salido. Es como decir que quizá solo del polvo venimos y ya, no más, un golpe de suerte, ¡Un milagro!,  como el amor, como la comunicación. En fin, ese laberinto no me llevó a ningún lado, y en estos momentos sigo sin ir a ningún lado, a pesar de haber navegado diferentes laberintos, a pesar de padecer más penas que dichas.  A pesar de verme allí, con más miedos que certezas,  en ese lugar que todos deseamos. Pero que tanto tememos. Sí, ese repugnante, y exquisito, palacio de venus, puertas del cielo, problema y gloria. Y todo por ese primer primerísimo plano de lo que sería nuestra realidad, fría y solitaria, abandonados a las vicisitudes de una incubadora. Pero existe lo sublime de entender la vida en un evento cotidiano, en una conversación casual de dos universos paralelos. Todo tiene una causa y una consecuencia, por ejemplo, la causa de la granadilla: tu hambre, la consecuencia: tu soltura. Pero al final, las dudas hasta en la piel. 

lunes, 21 de abril de 2014

Mientras haya a veces

Existe el vacío y sus culpables ocultos
A veces sólo existen los versos pétreos
A veces no importa
A veces, mientras tanto me pierdes

Existe la prosa ausente y  la ausencia en prosa
Mientras enmudecen los besos
Mientras tanto muere un te extraño
Mientras, mientras hay aveces




viernes, 18 de abril de 2014

Tate y Violet

Defino la gravedad con los besos
 - que no te doy -
con la olas y su va y ven
que no volverá
no es
muere en mi piel
y nace en la comisura de ese lugar expuesto
por donde se te escapa una sonrisa
allí donde muere la aurora
que se abre y se cierra
dulces frutos rojos
con un poco de lima
agridulce
senti-pensante diosa del ayer
en el más allá
donde la luz es ciega
se perpetua la historia
de un dolor infinito en la casa del horror

martes, 15 de abril de 2014

Just life

I Have lonely days
            friendly
            lovely
sometimes l feel empty
                               in the middle of the world
                               Lucky
Most of the days are grey
But I'm completely happy with every detail
cause love is a miracle
AND
living is a total insane

domingo, 13 de abril de 2014

Re de re

Debo decir que no imagino tu cuerpo desnudo junto al mío y que no alucino con saborear tu aroma con mi lengua ni mucho menos espero rozar mi alma con tu savia. Ahora, solo me persigue una imagen, que es solo mía, que ha quedado impregnada en mí, en toda yo. Aunque, te sé diferente y te pienso diferente. Aun inunda en mis torrentes sanguíneos el dulce veneno de tu mirada. Mirada que revelaba tus naipes y tu espíritu. Ahora no deseo hablarte, sino escucharte, reconocerte.

miércoles, 15 de enero de 2014

La nada que hace todo

Me rompe la cabeza pensar en la exposición a la nada en nuestro diario vivir. Cuando hablo de la nada me refiero a la huesuda, a la pelona. Hace pocos días tuve un encuentro cercano con la nada en dos oportunidades. Todo empezó con una conversación pos traumática con mi hermana. Había mi mente volado por error a recuerdos oscuros y termine por correr como una niña a el cuarto de mi madre para poder pasar la noche. Allí me vi hablando con mi hermana de la nada. Ella confesó sentir un vacío al pensar en el universo, porque es demasiado infinito, demasiado inalcanzable. En ese momento pensé en el universo no solo como aquel todo que nos carga de energía, que controla nuestro estado de animo, nuestro destino. Pensé en ese cosmos infinito en vacío, en partes tan oscuras y eternas. Pensé en la falta de gravedad y oxigeno. Pensé en mis pulmones colapsando. Así mi estomago se sentía vacío, mi mente se puso oscura, olvide el miedo de sentir un muerto conmigo, me sentí pequeña, expuesta, pero vacía. Petrificada en la cama sostuve mi respiración por un momento. Luego no podía dejar de pensar en la falta de fe y en la desesperanza. Todo iba tan rápido, y el tiempo pasaba tan lento. Así pasó una eternidad hasta que pude quedarme dormida.

Luego tuve una pesadilla, como siempre, donde había un tornado que venía hacía nosotros. Con nosotros me refiero a en su mayoría gente desconocida. La verdad es que yo era la protagonista de la historia, gracias a la idea que tenía del tema, después de las cien mil veces que vi la película 'Tornado', así que los guié al sótano del edificio. Allí los amarré a unos tubos, pero para mí no quedaron sujetadores. Supe que todo había acabado. Sin embargo me sujete como si mi vida dependiera de ello, y bien... Dependía de ello. la brisa empezó a azotar, se sentían muchos ruidos que venían de arriba. Era algo aterrador. Luego desperté. Asustada. Sabía que las consecuencias de esa pesadilla eran en el plano real. Sin embargo, me temo que soñar con tornados no quiere decir un robo solamente. Sino un cambio existencial en la vida. Digamos, la  última vez que soñé con tornados me robaron de una manera bastante dramática y negra, razón por la cual entré en una crisis que hasta hace un año pude superar. Entonces, si yuxtapongo las dos situaciones, estas son comunes en las consecuencias, el cambio drástico. En ese entonces el robo me hizo entrar en crisis. Esta vez en cambio ha cambiado directamente algo en mi forma de manejar y pensar mi entorno. Digamos que he crecido un poco. Aunque ahora, en las noches, piense en el cadáver que tuve a menos de tres metros de mí. Pero ahora me siento completa. 

lunes, 6 de enero de 2014

No son palabras sueltas

A veces siento que camino por un sendero opuesto. Que las estrellas me guían a algún infierno, a un infierno donde quizá no estés. A veces siento que las nubes grises no existen, aunque pueda sentir los truenos golpeando contra mi pecho. A veces siento que la realidad es el espejismo que cosechamos en nuestro ser para soportar la existencia. O la no existencia. Por esto, suponiendo que existimos, que aun queda porqué existir, que aun quiero existir, ¿Querrías existir a mi lado?. No es un pregunta sencilla, lo sé. Que el futuro es un incierto, que solo permanecemos en un eterno presente, pero en el fondo de tu alma, de la mía, encontrarías la respuesta. Porque, aunque yo no sepa cuando tenga de vida ni si ya vivo las últimas horas de mi ligera existencia, mi alma - quizá - podría rondarte.  Por ello, no hay nada suelto ni banal en mis palabras. No es absurdo pensar que mi alma se ate a la tuya después de que mis ojos se cierren para siempre, porque tu luz aun en vida ilumina mis días, más que el sol que baña de rojo mis mejillas. Amor, por eso entenderás que para mí las horas se hagan tan largas cuando no estás, cuando no te siento, cuando no me hablas. Ya lo ves, por eso te extraño siempre aunque me digas que me amas, aunque me mandes miles de besos, aunque nuestras noches estén bañadas de miel, aunque estés a mi lado, aunque me beses cada parte de mí, aunque acaricies mi alma con susurros. Porque nunca es suficiente, siempre puedo tener y querer más de ti. Porque una como tú, porque alguien como tú, porque tú llenas mis escritos de magia.