domingo, 12 de agosto de 2012

La resistencia.

En una noche, como cualquier otra, recé por ti, la razón no la recuerdo del todo. Pero hay acciones que no necesitan razones, simplemente nacen. Ahora bien, primero supongamos que tendría algún sentido, supongamos que no, supongamos que se cumple lo que pedí, supongamos que no. Entonces qué sentido tendría rezar, o más bien rezar por ti, sino tengo razones para pensar que reconocerías mis motivaciones para hacerlo. Y aun más complicado, como reconocería yo las razones, si todo el tiempo me encuentro ausente en muchas de las cosas que hago. Digamos que a veces rezo y me quedo dormida, y al levantarme dudo del sentido que puede tener rezar, si siento que nadie me escucha. Entonces ahora pensemos que alguien me lee, supongamos que piensa aquella persona que yo blasfemo, ahora supongamos que de verdad blasfemo, ¿Tendría la blasfemia algún sentido? Digamos que si, pero ¿y si no?. De allí a que en este mundo sea tan complicado no suponer, es decir quién no supone. Supongamos que ustedes no suponen, que soy yo quien orienta a suponer mis dualidades, digamos que no existen las dualidades, que mis oraciones son solo signos sin sentido alguno, que existen para perturbar mi existencia. Ahora supongamos que yo no existo, por lo tanto supongamos que tú tampoco.

No hay comentarios:

Publicar un comentario