domingo, 16 de septiembre de 2012

Razones por las que debemos confiar en una profesora que de tarea deja lecturas del rincón del vago

En un domingo normal, es decir tedioso y caluroso, y en un momento de buena o mala suerte, recuerdo que el lunes empiezo parciales, por lo tanto decido verificar que lecturas dejaron para estos. Y es entonces cuando me encuentro una lectura del rincón del vago. Yo quedo sorprendida, en palabras más coloquiales: 'boquiabierta'. Pienso (Porque yo SI pienso) que es una contradicción que una profesora, con un titulo de pregrado y me imagino que de posgrado (no estaba prestando atención a su introducción de ella y de la clase),  este mandando lecturas del rincón del vago. Es decir, puedo entender que sus clases sean aburridas, pues la hora es cruel. Dos de la tarde en un curso SIN AIRE, con el sol encima prácticamente (imagine un sol, casi literalmente, encima de unos estudiantes), pero no puedo entender que además de tener que aguantar un sin fin de torturas, también aguantemos que se nos juzgue por leer de paginas no autorizadas y luego nos hagan envío de estas. No lo entiendo y no encuentro justificación, valida, para ello.

Sin embargo, con lo poco que he dicho quizá no puedan entender mi indignación. Por esa razón les ilustraré lo que yo tengo que vivir todas las semanas. Ahora ustedes, mis foráneos lectores, imaginen que son las dos de la tarde, que el clima es de 43 grados Celsius, con una sensación térmica de 48 grados, que el sudor les corre por todos lados. Que el curso es aproximadamente de unos 8 x 12 metros cuadrados, y que alberga, como si no fuera poco, unos 48 estudiantes. TODOS SUDADOS, fatigados por el almuerzo y por la siesta que no han tenido. Con una profesora, que trata a sus estudiantes como si estos no tuvieran ni cuatro dedos de frente, y que además grita todo el tiempo. Entonces no solo tendrán calor, hambre y sueño, sino que también saldrán del curso con dolor de cabeza y con ganas de estrangular al culpable de tan inclementes condiciones climáticas y espaciales.
Ahora bien, eso no es todo, las clases son terriblemente monótonas, todos los días lo mismo, solo cambia "el tema", el cual termina siendo el mismo: percepciones de la ya mencionada profesora escandalosa.

Bueno ya que medio saben lo que yo vivo, juzguen ustedes si mis razones para confiar en la profesora son o no viables.

- Se puede confiar en ella porque al igual que nosotros, en muchos de los casos, no quiere leer cosas de mayor nivel y de interpretación más compleja o más lenta.

- Ella si les juzga, es porque no quiere que repitamos su historia, así que es buena persona.

- Es honesta, pues claro, sabe que su verdad es obvia, así que no miente, nos manda lo que ella ha leído.

- Es escandalosa, porque considera que la cara de mamertos que tenemos en ese momento se debe a que no le entendemos, por lo tanto grita para ver si por fin la escuchamos. Hay que entenderla porque ella no sabe, que mientras más grita más fácil se nos es presionar mute a su fastidiosa voz. Es decir que no es su culpa, culpa nuestra por no nos hacernos entender.





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