sábado, 17 de noviembre de 2012

Continuara

Bueno, como ya calenté motores, ahora vamos a hablar de mis queridos ineptos. Sí, esos con los que comparto clase. Cumplo ya dos años estudiando con toda la pirámide social, económica cultural y política y eco-sistémica que existe. Es que hay de todo. Es cierto mis compañeros son muy diversos. Estos comprenden a la zoociedad misma. Si, leyeron bien. La universidad es un ecosistema que admite todo tipo de especies. Pero como no me interesa hacer polémica sobre el tema, me voy a enfocar solamente en los sapos y en las lagartas que saltan y se arrastran por las aulas de clase.

Para empezar "Los sapos son animales tímidos, por lo general nocturnos, que durante el día se ocultan en lugares oscuros y durante la noche se dedican a la caza de insectos" esto en el sentido literal, pero reflexionando sobre el tema, nos podemos dar cuenta que los sapos no son del todo tímidos. Por lo menos no los sapos de los que yo hablo. Existen una especie de sapos, que caminan como pavos reales, pero en verdad son repugnantes física y mentalmente. Estos tienen una lengua larguísima. Con ella se inflan para sentirse más grandes. Tienen unos ojos gigantes, con los que buscan a sus victimas. CUIDADO, estos tienen algo de camaleones. Pues delante de sus compañeros de la misma especie, se hacen gigantes, hablan a diestra y siniestra de todo el mundo, pero si están rodeados de los depredadores son unos pobres conejitos.

Es verdad, son unos alienados, no se necesita ser muy inteligente para darse cuenta de que son parte de la masa. Aquella masa que se traga el cuento entero aunque sea completamente falso. Es que si el profesor les dice 2+2=5 le creen, se embuten toda la bazofia que les diga cualquier ignorante. Y aun así sepan que es falso, no son capaces de refutarle, porque al fin y al cabo su inseguridad no les deja.

Sin embargo, existen también aquellos a los cuales no les importa comer excremento. Estos se tragan toda la carreta y siguen sus vidas como si no tuviera importancia, como si nada les hubiera pasado, como si estuviera bien que les vieran la cara de idiotas. No les importa ser idiotas, es más, se sienten orgullosos de ello.

Por otro lado, están los que se creen muy listos, y tu los ves lamboneando y pidiendo cacao a todos los profesores. Es más doy clases con uno que se cree chistoso, pasa todo el día buscando broma y cuando el profesor dice "digan que infirieron de la lectura". Se queda callado. Creo que no sabe que es hacer una lectura de esa clase, su cabeza no le da. Es demasiado. Si lo intenta su cerebro podría explotar en mil pedazos y no habría quien pudiera reconstruirlo y eso sería un total desastre. Pues, estoy segura, que no habría quién se hiciera cargo de limpiar esa porquería.

Por supuesto que hay más, existen las lagartas. Esas son las que se visten y hablan como zorras, pero que se hacen las santas. Malditas mojigatas. ¿Acaso no saben que se les nota que no han pasado los semestres por su capacidad para abrir la mente.

Ah, pero ya me canse, luego les sigo contando- Buenas noches. 

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